Casi nadie está utilizando el mejor objeto de League of Legends y el motivo es tan absurdo como comprensible
Los jugadores de League of Legends tenemos toda la información que necesitamos sobre cómo equipar a nuestros campeones a apenas una búsqueda en Google de distancia. El juego de Riot Games es tan famoso que hay multitud de páginas que se especializan únicamente en ofrecernos estadísticas para que podamos tomar las mejores decisiones. Sin embargo, la mayor parte de la comunidad no le da uso a estas herramientas. Lo más común es ver cómo los jugadores eligen objetos –y hasta campeones– basándose solo en sus propias sensaciones. Es algo normal y no seremos nosotros quienes lo critiquen, pero puede dar lugar a situaciones muy curiosas y una de ellas está ocurriendo ahora mismo.
El objeto más poderoso de League of Legends que nadie utiliza
De entre todos los ítems introducidos de cara a la Temporada 13, el más poderoso con diferencia es el que menos atención ha recibido. Uno podría esperar que, ante el ímpetu competitivo que se le presupone a la comunidad de League of Legends, se hiciese todo lo posible para ganar. Sin embargo, el objeto llamado Virtud Radiante ha pasado sin pena ni gloria desde su introducción. Está pensado de forma exclusiva para campeones tanque, basados en acumular resistencias y salud, aunque también es idóneo en aquellos que pretenden ayudar al equipo lo máximo posible.
El objeto más difícil de entender de todo League of Legends
La situación de este objeto no es nueva y ni siquiera única en League of Legends. Se ha aplicado tanto a campeones como a otros ítems. Un ejemplo claro es el de la Fuerza de la Trinidad. Este artículo, uno de los más emblemáticos de League of Legends, fue ignorado casi por completo hasta el tramo final de la pasada temporada pese a ser el mejor para toda una categoría de campeones. ¿Cuál era su problema? Pues que sus efectos no eran evidentes en el transcurso de la partida. Su principal competidor, el Desgarrador Divino, ofrecía un golpe con daño aumentado en función a la vida máxima del campeón y una curación que se hacía ver de forma inmediata en nuestra barra de vida.
Era un fallo de marketing. Los jugadores elegían el Desgarrador Divino sobre la "Trinity" porque entendían sus efectos y estos resultaban más llamativos. Volviendo al inicio, era una cuestión de cómo de poderosos se percibían a sí mismos en la partida más que de cuán útil era el ítem. Tuvimos que esperar hasta que los profesionales se dieran cuenta de la situación para que los índices de popularidad se invirtieran un poco, y ni siquiera así se llegó a generalizar el uso del objeto menos vistoso sobre el otro. Incluso en un juego tan competitivo como League of Legends, la comunidad no necesariamente quiere utilizar lo mejor, si no lo más divertido.